Fefita es tan grande como dicen ?

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BLURADIODIGITAL POR LUIS AMILKAR GÓMEZ : No sé si el nombre de Manuela Josefa Cabrera Taveras le dice algo a usted amigo que me escucha.

Pero el de Fefita La Grande, si estoy seguro que habla por sí solo.

En mis años de niñez y adolescencia en mi pueblo natal de Sabaneta, siempre me llamó la atención la música que cada tarde salía de la casa de Eliseo Cabrera, alias Ceíto.

Cada día tocaba Ceíto su acordeón acompañado de dos amigos, uno en la tambora y el otro con la güira.

Una humilde y espigada muchacha, su hija Fefita, de vez en cuando tomaba el acordeón y tocaba un merengue típico.

Ahí, en lo que entonces llamábamos el Barrio Norte de Sabaneta, justo detrás del hospital público, comenzó una carrera de esa artista que hoy siendo famosa, todos conocemos.

De su primer grupo musical recuerdo al saxofonista, Don Víctor Ramos, y al tamborero conocido en el pueblo solo como Musiquita.

El conjunto era diferente, y llamaba la atención porque nunca se había visto en un conjunto típico, a una mujer tocando el acordeón.

Fueron muchas las fiestas que tocó Fefita con ese grupo en toda la Línea Noroeste.

Trascendió su nombre tanto que, el gran músico Rafael Solano, que para ese entonces era el presentador de un programa meridiano llamado La Hora del Moro en la capital, la invitó a su programa.

Para ese tiempo era raro que un programa del mediodía   o cualquiera en Santo Domingo, invitara a tocar a este tipo de música.  La tenían, en forma despectiva, como música de campo.

Los televidentes comprendieron inmediatamente el por qué Fefita fue invitada al programa.

Imagínense, tocando el acordeón arriba y el movimiento de cintura abajo, causaron tal impacto que hasta el día de hoy su fama perdura.

Muchas la han imitado, pero ninguna la ha igualado.

Indiscutiblemente, Fefita la Grande es una figura emblemática de la música dominicana y su sitial en la historia del arte popular dominicano, está asegurado.

Pero, con la fama de la Vieja Fefa, como la llamamos sus amigos y compueblanos, se fue perdiendo la humildad que siempre le inculcaban sus queridos padres.

Eso la ha llevado a cometer errores garrafales como el querer engañar al Consulado de Estados Unidos con un pasaporte que dice ella le fue “robado y macheteado”.

Los cónsules no se tragaron el cuento.

Eso le costó 13 años sin poder viajar a uno de sus principales mercados, el de Estados Unidos, y una pérdida calculada por ella, de 72 millones de pesos.

Muchos dicen que con los años se ha vuelto arrogante en el trato con sus admiradores y hasta con algunos de sus compueblanos.

Asimismo, algunos aseguran que el amor por el dinero la ha cegado, llegando exigir contribuciones por cualquier quítame esta paja.

De igual manera, una conocida productora de televisión tuvo que cancelar un programa sobre su vida ya que, presuntamente, también hubo exigencia monetaria.

Ahora, el alcalde de Sabaneta, señor Félix Marte, dice que construirá un mausoleo en el cementerio, para cuando la Vieja Fefa, ya no esté con nosotros.

Me parece descabellada esa idea, ya que los fondos municipales no deben usarse para beneficiar a alguien que, lo merezca o no, no necesita esa donación o ayuda.

Fefita La Grande ha hecho mucho dinero en su carrera.

Fefita La Grande recibe, incluso, una de esas llamadas pensiones solidarias del gobierno de 70 mil pesos desde el 2021.

Fefita La Grande debiera ser grande de verdad, y no andar mendigando una asistencia, que bien puede ser utilizada para una persona que verdaderamente la necesite.

Fefita La Grande nunca ha sido solidaria con los pobres de Sabana Arriba donde nació, con los de San José y, mucho menos, con los de Sabaneta.

Fefita La Grande ha sido grande para ella, para su ego, para sus ambiciones.

Entonces, por qué con el dinero de la gente hay que construírle un mausoleo, un panteón, un nicho, o lo que sea.

A lo más que pudo llegar el alcalde Félix Marte, sería a donarle los terrenos.

Pero, un mausoleo?

Ni que fuera Juan Pablo Duarte!

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